sábado, 9 de noviembre de 2013

Vivencias de Camionetica: Buscando a Richard

Buenos días/tarde/noche, quiero que reciban ante todo un cordial saludo de mi parte, y espero que se encuentren rozagantes en salud, jovialidad y humor, en especial a las mujeres de Venezuela y de todo el planeta tierra. ¿Qué por que este saludo en especial? Pues bueno, es que la vivencia que les traigo hoy es sobre una experiencia que tuve hace un par de años cuando venía de regreso de la universidad, en la cual me topé con una señorita muy hermosa cuyo defecto era su forma de hablar, tal vez porque en ese momento estaba muy molesta, pero eso no justifica la cantidad de improperios espantosos que salían de su preciosa boca.

Prosigamos pues con un breve relato de lo sucedido en ese día:

Era una mañana que se acercaba al punto medio del día, yo recién me bajaba del autobús que me llevaba de la universidad al terminal, de allí agarraría el transporte que me dejaría fuera de casa. No transcurrió mucho tiempo cuando llego el bus que se dirigía hacia la zona donde resido, me subo a este y para mi sorpresa estaba casi vacío, busco un puesto en el punto medio y me sitúo cerca de la ventana, al rato se sube una bella mujer en pantalones, jeans azules para ser exacto, una blusa blanca ceñida al cuerpo, unas exuberantes curvas, senos de tamaño mediano, cabello de color negro que le llegaba hasta los hombros, piel blanca y tersa, bien maquillada y perfumada.

Tragaba seco mientras la miraba de reojo. La señorita se notaba un poco nerviosa ya que no solía realizar ningún gesto, más bien parecía petrificada. Su mirada siempre se dirigía hacia el infinito horizonte y muy pocas veces parpadeaba. Llegando a casa suena su teléfono celular, la cual ella contesta con apuro y nerviosismo.

- Aló... ¿Migbelys? (Era otro nombre, solo que no recuerdo)... Mira ¿Qué fue lo pasó con el mamagüevo marico de mierda ese? – Dijo a viva voz la mujer a mi lado.

Silencio absoluto, la bella mujer a mi lado escuchaba el relato que Migbelys le contaba.

- Mira ¿Pero ahí está el mamagüevo de Richard? – Silencio de nuevo – Aaaah, si está, pues dile al marico ese que voy para allá a caerle a coñazo... Al ¡Coño de su madre hijo de puta ese!

Mi reacción fue el quedarme sin palabras mientras la miraba hablar por su teléfono celular, cuando de repente continuó con su charla a viva voz, de modo que todo aquel que iba en el autobús la escuchaba.

- Chama pero a ese mamagüevo marico hay que cortarle ese piripicho, y caerle a coñazo pa’ que aprenda a respetar las mujeres, nojoda... Chica pero que coño de madre es este maldito hijo de puta.

Yo me acercaba hasta mi punto de llegada cuando la bella mujer colgó la llamada, se bajó donde yo me bajé, caminé un corto trecho cuando esta se me acerca a preguntarme donde quedaba el parque del sur, yo muy cordialmente le di la dirección correctamente y la señorita prosiguió con su marcha adelantándome por la acera, cuando la llaman de nuevo a su teléfono celular y contesta.

- Aló, mira, dile al marico de Richard que voy para allá a darle sus coñazos pa’ que aprenda a ser hombre nojoda.


FIN

2 comentarios:

  1. Y ya veces me pregunto ¿como hablaran las misses?

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  2. Mira ahora tienen mejor preparación gracias al Profesor Briceño XD

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