lunes, 6 de febrero de 2012

Percepciones Heredadas

Siempre he llegado a la idea de que nosotros los humanos poseemos un don a la que se nos fue concebido y que muchos no saben que esta ahí, hasta que sale a relucir inconscientemente, o simplemente va creciendo a medida que vas envejeciendo, o simplemente un día te diste cuenta de que posees algo ya sea en tu mente o a nivel físico.

Verán, actualmente vengo de una familia bastante algo separada y unida al mismo tiempo, es decir, somos algo secos para darnos amor, pero siempre estaremos juntos a pesar de las distancias.

Yo Jorge Daniel Rivas, soy el menor de los tres hermanos que somos. Fui el ultimo, pero el no menos importante, a pesar de que mi hermana la que es intermedio me lleva 7 años de diferencia y la mayor de todos me lleva 10 años de diferencia. Se puede decir que crecí algo solo, pero siempre estaban ellas para jugar conmigo de a solo momentos, a pesar de que siempre estuvieron mis amigos y primos de infancia, y por lo tanto, por parte de madre tuve o tengo un hermano varón mayor que yo desee, y por parte de padre mi otro primo, menor que yo, al que por un tiempo fue como mi hermano varón que desee. Se lo agradezco mucho a ellos, a pesar de las distancias y las diferencias de gustos que poseemos.

En fin, cuando apenas era un niño, llego la hora de dormir solo. El día en que tendría mi privacidad. Mi espacio. Mi habitación. Llego la noche, y decidí cerrar los ojos, hasta que el golpe de la madrugada me despertó. Voces susurraban “Hey, ven aquí” “Aquí te esperamos” “Jugaremos juntos”… Fueron las palabras que escuche por un largo rato, cuando al mismo tiempo se escuchaban pasos y risas como si de pequeños niños traviesos se tratase.

El silencio que me rodeaba era implacable, mi mente empezó a jugarme sucio y empezaban a distinguirse figuras infernales y macabras sobre el techo de aquella habitación. Mi mirada se desvió hacia la entrada de aquel cuarto que se hallaba abierto y que en él se veía un oscuro y ennegrecido pasillo. Perros en la lejanía ladraban y aullaban, la brisa batía un móvil que se encontraba en lo mas recóndito del patio, las voces seguían llamándome, podía percibir como jugaban con mis juguetes, mi cuerpo se hallaba paralizado, mientras veía el techo de aquella habitación, tragaba seco, lloraba, hasta que así continuó hasta el amanecer. Cuando ya creía que todo se había calmado, volverían nuevamente ruidos desde la cocina, como si de un encendedor de chispa se tratase.




Sé que no había nadie en aquel lugar porque era demasiado temprano como para que mis padres se levantaran y porque además era un fin de semana.

Luego de esa traumante noche, mi madre decidió comprarnos una litera y asi dormiríamos mi hermana y yo en una misma habitación. Los ruidos nocturnos y las llamadas continuaron, pero les fui perdiendo el miedo, solo cuando no era una voz grave o un estruendoso sonido el que me despertara y hacia que me fuera corriendo hasta el cuarto de mis padres.

Poco a poco fueron bajando esos miedos, los sonidos molestos seguían, hasta que en un tiempo simplemente no volvieron más, y esa seria la etapa de cuando ya decidí en irme a mi propia habitación nuevamente.

Con ya 11 años, volvería a dormir solo, y la noche fue igual como cuando tenia algunos 5 años, se escuchaban voces y sonidos, pero allí decidí hacerle caso omiso a todo, cerrar los ojos y contar en forma regresiva, comenzando desde el 99 hasta llegar al numero 1.

Una vez vencido ese miedo, creció en mi una valentía (o fuerza o tal vez amor) hacia la oscuridad, hacia lo tétrico, hacia el mundo de los muertos, apariciones y fantasmas. Me llamaba la atención lo paranormal, aunque solo me parecerían simples patrañas.

Me quedaba largos ratos escuchando los cuentos de apariciones por los que pasaron mi familia materna. Ya sea: muertos que llevaban a un entierro de dinero y cofres abarrotados de oro, luces que rondaban casas, silbidos que se escuchaban en la lejanía de aquel pueblo del estado sucre, aquel gigante que traspasaba las nubes, personas que se encontraban en sus momentos de agonía, y que pasaban por las casa (donde alguna vez vivió mi madre cuando era una niña) solo para despedirse,  niños que jugaban en el porche cuando de verdad no se trataba de simples críos, gritos y llantos de una mujer que se escuchaba en el fondo del patio de aquella vivienda, objetos que se movían a medianoche, luces que se encendían y se apagaban solas… Y la mas impactante de todas, la noche en que una tia/bruja estaba muriendo. Aquella velada nocturna llena de relámpagos y tormentas, en donde aparecieron en la casa cantidades exageradas (si, eran muchas, según cuenta mi abuela, mi madre y sus hermanas) de cucarachas, de las cuales al día siguiente no se encontraba rastro de todos aquellos insectos rastreros que ellas pisaron con infinidades de calzado.


Mis primos y mis hermanas ya empezaban a experimentar con apariciones y sueños que podrían interpretarse en muerte o embarazos. Yo simplemente me remitía a permanecer indiferente.

Verán, mi hermana mayor siempre que soñaba o sueña en que cuando un diente se le caía y botaba sangre por las encías, era fijo una muerte a nivel familiar o de alguien bastante conocido por la familia, peor aun, a veces soñaba que iba a un matrimonio, y cuando veía a la novia, esa persona tendría ya su muerte anunciada.
Por otro lado si ella soñaba que se hallaba embarazada, y se veía el vientre en estado de gestación, era que alguien muy pronto anunciaría su embarazo. Para ella se le hacia difícil estos sueños, a veces despertaba muy asustada y hasta llorando, digo, ver que alguien va a morir pronto, no debe ser muy fácil.

Mi hermana intermedio, luego empezó a soñar con muertos que se les aparecían en sueños, pidiendo ser rezados porque aun no se encontraban en paz, a veces solía y suele ver apariciones, en la que le indican lo mismo, descansar tranquilamente. Ella odiaba todo esto que sucedía, ya que era y siempre fue la que menos pudo tolerar este tipo de cosas.

Yo por mi parte seguía sin creer en tales sucesos, hasta que desde hace 7 años hasta acá sucedió el primer evento.

Una noche, mientras me hallaba en la computadora de la antigua casa donde vivía, cuando eran ya pasada las 3 am, escuche una voz que me susurraba al oído, al mismo tiempo que mi parte izquierda fue recibida por un fuerte escalofrío. Mis ojos quedaron tiesos, me dije a mi mismo “Ok, volvieron las voces”, trague seco, decidí apagar el computador e irme a dormir.

El siguiente evento, sucedió de igual manera en la noche, precisamente eran las 2:30 am, cuando decido ir a la cocina por un vaso con agua, abro la puerta de mi cuarto y lo primero que veo es la pared del pasillo (que se encontraba frente a mi cuarto) llena de luces minúsculas y estáticas, como si ese muro fuese una pequeña parte de un vasto universo; volteo, y noto que detrás de mi no existe ninguna luz que se refleje sobre esa pared, busco indetenidamente, pero no logro encontrar nada, sigo mi camino hasta la cocina, tomo mi respectivo vaso con agua y me regreso a mi habitación, cuando noto que ya aquellas luminarias no se encontraban. Pienso que todo fue producto por haberme levantado tan rápido y por consiguiente tendría la vista nublada.

El tercer evento seria la cumbre, la cúspide, el cenit, la cima de todo lo que venia sucediendo (debido a que las luces siguieron apareciendo pero ya eran por separado, es decir, una por cada cierto tiempo). Una noche mientas dormía, decido voltearme, de manera que mi cara queda viendo hacia la puerta cerrada de mi habitación. En ese instante siento un resplandor frente a mi, abro bien los ojos y noto que se halla un señor bastante anciano, calvo, de estatura baja, cuyo rostro era difícil de divisar, sus ojos eran simples cuencas llenas de oscuridad,  no existían pupilas, parpados ni cejas. Parpadeo lentamente y noto que sigue allí, hasta que en un parpadeo, el ya no está, salgo de mi cuarto para irme hasta donde duermen mis padres.
Después de ahí, solo quedaron las luces: minúsculos puntos que a veces se ven blancos o dorados y otras veces oscuros o purpura.

Una mudanza, y la nueva casa es más liviana a nivel espiritual, se siente tranquilidad, paz y frescura. A menudo se suelen ver luces blancas, y otras veces aparecen agujeros negros en el techo que también pueden ser descritos como pequeños charcos negruzcos, así como también existe la presencia de una sombra, que a veces se queda estática a mis espaldas mientras cuida y cela  una puerta, como también suele moverse rápidamente de un lugar a otro. Sea lo que sea, nunca me pareció dar miedo, mas bien es algo ya bastante normal el que la vea, porque mientras la casa permanezca tranquila y fresca, todo bien para mi y mi familia.
Recientemente, nuestros vecinos creyentes del esoterismo y espiritismo decidieron hacer en su casa un especie de rito, con sacrificios de animales, estrellas invertidas y velas encendidas. Cuando yo, tranquilamente viendo la televisión, escucho un ruido en la sala, como si alguien tropezase con la mesa del recibo. Mi instinto me indica que debo revisar a ver que sucede, cuando llego al lugar, noto una sombra ya bastante humana, que sale asustada hacia la mesa del comedor, se escuchaban sus pasos y hasta el roce de sus pantalones, cuando de repente decido encender las luces, y así notar que no había ni existía absolutamente nada, excepto mi presencia que se hallaba allí con bastante confusión acerca de lo ocurrido aquella noche.



Por si fuera poco, hoy 06/02/12, mi hermana mayor charlaba via “web cam” con mi otra hermana a eso de las 4 PM, cuando mi otra hermana le comenta a mi hermana mayor:

-¿Quién esta ahí? ¿Jorge Daniel?

-No, el esta arriba durmiendo – Le comenta mi hermana mayor.

-No, en serio, ¿quien esta allí?

-Nadie, no hay nadie.

-No, me están jugando una broma, porque juraría ver a alguien vestido de verde oscuro, que pasó y se escondió detrás de la silla en donde estas sentada.

Mi hermana mayor, se limitaba a decir que no había nadie, cuando le contó sobre la aparición que yo había visto dos días antes.

Ambas quedaron asombradas, del como un espectro borroso puede verse a través de una simple cámara de baja resolución.

Yo sigo estando tranquilo, porque sé que puedo estar solo en la casa, y de hecho he dormido solo ya varias veces a tal punto de que puedo garantizar de que he podido  dormir tranquilamente.

Todo esto y sin contar, las veces que mi madre recibe a las personas conocidas por ella, cuando aquellos se encuentran en agonía, como cuando dicen que “Tienen un pie mas allá que de acá”

¿Creer o no creer?... Cada quien con lo suyo, llámenme loco, pero de que existen las apariciones del mas allá… Existen.

Solo es cuestión de cuanta percepción de este tipo poseas.

3 comentarios:

  1. Me gusto la forma en que lo escribiste!.. Eres la 4 persona que conozco que ve espíritus!.

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  2. Gracias Nay :D... Y creeme, es un don que no le gustaria tener a muchos... Por lo menos trato de tomarmelo con calma ahora que es cuando mas se esta desarollando

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